Akihabara, el barrio de la electrónica, videojuegos, y la cultura otaku, del anime y el manga). El barrio que me produjo más sensaciones contradictorias. Por un lado me fascinó, pero por otro lado me agobió y hubo ciertas cosas que no me gustaron nada. En fin, quizás hay que verlo para entenderlo…
Por un lado te encuentras con la cultura cosplay: gente divertida, disfrazada, interpretando personajes, especialmente con temáticas de videojuegos o del mundo anime, bailando en la calle, muy a «su rollo», artesanos, DJs, magos…
Nada más llegar desde el mismo tren, ya vimos como doscientas personas plantadas frente a una pantalla gigante como hipnotizados. Todos a la vez saludaron y se sentaron y de pronto, todos jugando con sus móviles. Luego nos enteramos que eran el 50 aniversario de un videojuego y era una quedada conmemorativa.
Por otra parte están los centros comerciales de muchas plantas y superestrechos, con una escalera mecánica de la anchura de una persona y bastante claustrofóbicos, así como edificios llenos de plantas de videojuegos y otro tipo de entretenimientos varios. Muchas luces de neon, mucho estímulo visual que te incita a consumir. Para mi un exceso que me saturó. Además de la cantidad de gente en masa que había.
Obviando esto, te puedes encontrar con muchas cosas curiosas, como las cafeterías temáticas: Gundam café (al cual entramos), las ya nombradas cafeterías de lechuzas y animales varios o los «maid cafe» cuyas camareras visten como doncel
las convirtiéndose en tu criada, con un toque inocentón tipo lolita que no mola nada.
Para llegar a este barrio volvimos a usar la linea JR Yamanote.