Cristina y yo comenzamos nuestra aventura volando al sur de Perú, íbamos a subir hasta Machupichu a pata como forma de aclimatar para nuestras posteriores ascensiones en el norte del país. Los primeros días estuvimos en Cuzco, visitando algunas ruinas.

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24814_335398193262_7264855_n 24814_335398003262_4493911_n 24814_335398018262_4896791_n   Aprovechamos también para descencer en bici la famosa «carretera de la muerte». Partes desde un puerto a 3500 metros y desciendes sin parar, curva tras curva, hasta un poblado a 1180m. Comienzas con un clima de montaña, bien tapadito y terminas con clima tropical en tirantes. La verdad es que hay momentos en que da «canguele», no solo por el desnivel y la caída que hay, sino porque sigue habiendo tráfico normal, mientras tu intentas descender sin perder la dignidad con las bicis peruanas, que no son lo mejorcito del mercado precisamente… En nuestro caso, a una no le iban bien los frenos, lo cual nos llevó a varias caídas interesantes… 24814_335467313262_7054637_n   Después de esto, comenzamos la ruta por la selva, que tras varios días de pateo compartido con otras personas de diferentes partes del mundo (Asia, Sudamerica, Europa…) y durmiendo en casas de lugareños, nos llevó hasta «Aguas Calientes». Lugar desde donde se sube en transporte hasta Machupichu. En nuestro caso, recorrimos el último tramo también andando, saliendo de noche, para aprovechar bien la visita, ya que teniendo en cuenta todo lo que las ruinas conllevan, subiendo al Wainapichu (imprescindible) y otra cosas que no nos dió tiempo a ver, te lleva todo el día sin parar de subir y bajar escaleras incas.   24814_335398178262_7746050_n 24814_335398213262_1116674_n   24814_335398163262_3252976_n   24814_335398488262_8111260_n 24814_335398623262_3287418_n 24814_335398733262_4517227_n 24814_335398758262_8007084_n 24814_335398773262_5910185_n 24814_335398783262_1106656_n   Para llegar hasta  Aguas Calientes, recorremos el mismo camino que el tren durante unas horas, compartiendo nuestros pasos con las vías. Una vez allí cogemos fuerzas para subir por la noche hasta las ruinas. La verdad es que aunque hay que dedicarle todo el día, e incluso dos, si quieres verlo todo. Por la tarde decidimos tomar un descanso y tirarno un rato entre las ruinas a descansar, pues la verdad es que es casi lo más agotador del recorrido, pues está lleno de «subeybajas». 24814_335398288262_3361348_n 24814_335398268262_7248880_n 24814_335398248262_5085320_n 24814_335398233262_6881408_n Una de las cosas que más me gustó fue subir a Wainapichu. No solo por sus vistas, sino porque es un lgar donde se respira un «algo» especial. Lleva un ratito de empinadas miniescaleras, pero merece la pena la recompensa… 24814_335398303262_7177484_n Una vez terminado el día cogimos el tren y bus correspondientes hasta llegar a Cuzco. desde ahí volaremos hasta Lima y cogeremos un autobús de muuuchas horas hasta nuestro siguiente destino: Huaraz, donde dedicaremos el resto del tiempo a ascender montañas

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